domingo, 28 de marzo de 2010

LOS CONCHUDOS

 
Los conchudos es el nombre del tomo II de la Enciclopedia de la conducta humana que escribió SOFOCLETO. El tomo I hizo célebres a Los cojudos.
Luis Felipe, en este libro hace un análisis del carácter y personalidad de la concha y explica el por qué a Lima se le conoce como  "La ciudad de los reyes". La respuesta es:  porque habitan los reyes de la concha.
Establece, también, una escala categórica de conchudos, a saber:
1. Los que tienen concha y no tienen corazón.
2. Los que tienen corazón y tienen concha.
3. Los que tienen más concha que corazón.
4. Los que tienen más corazón que concha.
5. Los que tienen corazón y no tienen concha.
6. Los que yo tienen concha ni corazón
Son conchudos, a decir de don Sofo:

El que llega aun velorio y pasa directamente a chupar.

El que se ocupa en el único baño por horas.

El que se hace servir, porque tiene una afección
 al esfuerzo físico.

El que pide la palabra y no deja hablar al orador.

El que la da la espalda al mozo en el momento preciso.

El que abandona a la suegra por bajar a la niña que lo puede hacer sola.

 
El que no puede hacer esfuerzo, pues le espera una jarana hasta las cinco de la mañana

 .
El que no tiene hora para levantarse.

El vecino de arriba que reclama cuando uno está en lo mejor de su jarana.

El conchudo es más feliz cuando está en familia.

viernes, 26 de marzo de 2010

PRIMER FESTIVAL DEL HUMORISMO

En los inicios de la década del sesenta, Luis Felipe Angell de Lama, SOFOCLETO, reunió en el Primer Festival del Humorismo los mejores temas de los cultores de este género. Seleccionó y publicó en tres tomos, poemas y narraciones festivas de los más destacados escritores de la época, para Ediciones Nueva Tierra que dirigía Rafael Humberto Gaviria.

El libro primero -Antología del humor universal- contiene El diario íntimo de Eva de Mark Twain y El famoso cohete de Oscar Wilde. También Wenceslao Fernando Flores escribe Historias del tranvía y Enrique Jardiel Poncela nos dice que "Lo peor que hay en el mundo son los hombres y las mujeres". Finalmente. G.K. Chestertonc revela Las ventajas de no tener más de una pierna y Noel Coward nos regala una comedia en dos escenas: El influjo de la temperatura.

El humorismo peruano es el título del libro segundo. El poema satírico de Felipe Pardo y Aliaga: La Constituciónn política abre este compendio. Seguidanente Manuel Asencio Segura cuenta las aventuras de Peli-muerto en La Peli-muertada, epopeya de última moda. El creador de las Tradiciones Peruanas, Ricardo Palma Soriano evoca a La llorona del Viernes Santo.

Ramón Rojas y Cañas, Manuel Atanasio Fuentes y José Arnaldo Márquez escriben Museo de limeñadas (Porquerías y adefesios), Catecismo para el pueblo (El gobierno de la libertad) y  La expiación de Virgilio, respectivamente.
También esta antología contiene La zamacueca de Ego Polobio; La verdadera candidez de Juan de Arona; La manta de Abelardo H. Gamarra; Los gallinazos de Federico Elguera y el poema Mandolinata de Leonidas Yeroví.

El libro tercero: Humoristas peruanos contemporáneos solo hay inspiraciones de tres escritores: Luis Rey de Castro, Héctor Velarde y Sofocleto, a quien los editores lo incluyeron porque "su presencia es imprescindible en una antología del humor peruano". El antólogo no había incluido ningún trabajo suyo.
Decadencia del asno, Nomenclatura y El hombre que dejo su saco (Sueño de una noche de verano) son escritos de Luis Rey de Castro. Velarde nos deleita con dos relatos: Forum-chocolate y La educación de Billy y Willy.
Cierra el último tomo del Primer Festival del Humorismo, Sofocleto -Luis Felipe Angell de Lama- con: Hacía una filosofía universal del gato; Las guerras médicas; Inyección intramuscular; Sinlogismos; Peines, navajitas y pan con huevo;Tras la cortina de nylon: los negros y Crónicas de un viaje:Suecia.  

domingo, 21 de marzo de 2010

LA IGNORANCIA Y LOS MAESTROS

Por: LUIS FELIPE ANGELL DE LAMA
Hace apenas cuatro días asistí, en calidad de invitado (junto con personalidades de distintos matices: Nuestra inmortal Jesús Vásquez, “Reina y Señora de la Canción Peruana” como se le conoció y reconoció, desde hace muchos años, hasta hoy; el extraordinario Oscar Avilés, “La primera guitarra peruana” tal cual lo viene siendo desde hará unos cincuenta años; mi otro excepcional amigo, Alberto Ísola, que sigue promoviendo heroicamente el Teatro Nacional, y el suscrito “que habla”, como se decía aquí, en el año de la Pera.

Según sabemos, los maestros peruanos están agrupados en una importante y poderosa asociación pedagógica que bien puede movilizar alrededor de doscientas mil personal (la mayoría profesores) asociados al eterno problema de la Enseñanza en su eterna lucha contra la Ignorancia Oficial que, con tanto éxito, viene desembarazando la Instrucción en el Perú. Se debió la gentileza de esta invitación a la Asociación Nacional de Cesantes y Jubilados de Educación “ANCIJE” que preside actualmente el doctor Jaime Cuadros y que realizó con una maestría extraordinaria los festejos de su Institución en el 55 Aniversario de haber sido fundada.

Fue una celebración magnífica, perfecta y emocionante; conocimos de muy cerca el dramático problema de quienes consagraron sus vidas a la enseñanza y que, al final, aprendieron, más bien, cómo se proyecta y se realiza el analfabetismo peruano desde los influyentes niveles de lo que se denomina “Ministerio de Educación” sin que allí se educe nada a nadie. A los lectores les sorprenderá saber que nuestro país cuenta o descuenta de sus estadísticas algo así como 200,000 damnificados en todo el Perú, debido a la incompetencia y la ignorancia de quienes pretenden acabar con el analfabetismos peruano o disminuir el número de quienes actualmente ocupan importantes cargos vinculados al “desasnaje” de nuestros paisanos.

Este es, desde luego, una lucha de razones contra sordera y la experiencia de muchos años nos hace entender, cada día más y mejor, que aquí ni los maestros pueden enseñar ni los cachancanes administrativos aprender.

Fue una fiesta hermosa, cargadas de matices y demostrando la formidable solidaridad que une a los maestros entre ellos. Me encontré con maestros hasta de ochenta y cinco años, con una lucidez que ya quisieran muchísimos personajes perfectamente bien instalados en los cargos desde donde “educan” (Ni siquiera “instruyen”) al país entero. Esta ceremonia fue, para mí, algo muy específico y, si se quiere, íntimo, por cuanto a que mi vida siempre estuvo asociada con la Instrucción del país, única forma de sacar a nuestro pueblo del pantano donde se encuentra ahora, mientras otros países ya nos llevan delanteras inalcanzables. Como señalé ese día, cuando me ofrecieron generosamente el uso de la palabra, yo inicié mi instrucción desde apenas los cuatro años y medio, en un Kindergarten inaugurado por el Presidente Leguía en la tercera cuadra de la Avenida Arequipa (hasta hoy se conserva la capilla donde nos dictaban las primeras clases de la vida). Para mí sólo tenía el inconveniente de que todos mis compañeritos, hombres y mujeres, eran ciegos. Por problemas familiares que no vale la pena señalar, mis padres tuvieron que inscribirme allí, donde cursé, digamos, el Kindergarten y el primer año de Primaria. Aunque parezca una exageración asumí el cargo anónimo de “asesor” de mis compañeritos y les hacía muchas veces los “deberes”. Tan hermosa experiencia me duró toda la vida, hasta hoy, creándome algo así como una necesidad vital de ayudar a mis compañeros y a convertirme yo mismo en una especie de profesor anónimo. Esto lo hice toda la vida. Y cuando bastantes años después, mis actividades universitarias me llevaron en dos o tres oportunidades a la cárcel (No a la Comisaría, de donde uno salía por diez soles sino a la cárcel, propiamente dicho). A los estudiantes universitarios se nos enviaba a Lurigancho, sin ninguna prerrogativa especial y, en mi caso, la intuición me hizo hablar con un oficial a quien le dije que entre mis compañeros y yo podíamos hacer algo así como una pequeña escuela para ayudar los presos analfabetos en la lectura y escritura de nuestro idioma.

Aquello fue un éxito descomunal. El día anterior habían caído en garras de la policía dos camiones cargados de madera robada. Esa madera fue casi instantáneamente transformada (hay muchos carpinteros en el Lurigancho) resolviéndose que sí, necesitábamos un colegio de primaria para los analfabetos y, al día siguiente yo ya tenía local, tiza, asientos, pizarra, borrador y hasta unos cuadernos que vaya usted a saber de dónde salieron. Nuestra escuela duró los sesenta días que estuvimos presos los estudiantes y, ante la protesta de los demás presos “porque les quitábamos a su profesores” organizamos una reunión y escogimos un grupo muy entusiasta de presos, dispuestos a ofrecer sus conocimientos a los colegas. En los últimos días ya teníamos cajas de tizas y de libros, blocks de papel rayado para hacer los “deberes, borradores de madera, asientos, sillas y –cosa extraña- reparto general de fruta entre los “maestros”.

Cuando salimos yo traía dentro del alma una lección que jamás me abandonaría en todo lo concerniente a los seres humanos imposibilitados de surgir por sus conocimientos en las duras clases de la vida. Esto me sirvió como una brújula para siempre y, a la fecha, no son pocas las situaciones en que he puesto, modestamente, el hombro para ayudar al prójimo con la instrucción. Llegué a organizar una pequeña escuelita en el fondo de la selva, que llegó a tener como cuarenta alumnos, que comenzaban desde la letra “A” en el alfabeto universal y que, con el correr de los años, nos dio la satisfacción de encontrar un cacique completamente apto en los niveles de hablar y escribir el castellano. De allí hacia delante, la vida me ha sonreído en estos menesteres. No he vuelto a la cárcel todavía (aunque nunca debemos decir “de esta agua no beberé”) pero sí he logrado motivar a varios capos legítimos para salir adelante no con la chaveta sino con la cartilla. El niño no nace con el delito en el alma. Es la sociedad, mal constituida, la que lo hace abrir otras puertas y andar por otros caminos. Creo que los maestros son la más grande expresión de la solidaridad humana y que todos ellos deben recibir en forma unánime el apoyo de todo el país. A mí me apena ver cómo pasa el tiempo –hasta hacérsenos inalcanzable- a quienes vemos el problema con toda su transparencia y gravedad. No soy yo quién para darle orientaciones al Ministerio de Educación (Que debía ser de Instrucción Pública) pero sí creo que los maestros.-como decían y hacían los griegos de hace tres mil años- “deben enseñar hasta la muerte”.

El maestro ha encontrado las llaves para tramontar la enseñanza. Es ridículo, por no decir miserable, que se “jubile” a los maestros, como no se hace ni se ha hecho en los países más importantes del mundo, porque es un verdadero crimen contra la sociedad. No será esta la última vez que, según me lo permita el tiempo, vayamos insistiendo en el tema de la Educación. No se trata, señores, de un problema económico o social. Se trata de algo sensacional como posibilidad para levantar a nuestra niñez y juventud. A Jesucristo no se le llamó “El Divino Maestro” por gusto. En Grecia los maestros trabajaron los días de sus vidas, porque en la enseñanza está siempre la vida que palpita. En Roma jamás se juzgó a un maestro y en Europa, por si no lo saben las autoridades que hoy “educan” en vez de “instruir”, al maestro nunca se le jubila –salvo que él lo pida- y, como yo estuve tres veces en África, hace muchos años, en las incipientes tribus de ese entonces las tribus tenían tres hombres intocables. El rey o Jefe, el soldado y el maestro es algo tan importante como la vida. Repito: Estoy escribiendo a trancos largos porque así lo disponen mis circunstancias de estos días, pero quiero puntualizar que a partir de la fecha estaré en campaña nuevamente para defender a quien enseña, para ver si las autoridades aprenden. Cosa que es difícil, pero no imposible. El maestro es un soldado contra la Ignorancia. Tenemos en el Perú alrededor de doscientos mil soldados –muchísimos jubilados por la fuerza- quienes, sin otras armas que una pluma y un papel, pueden ganarle cualquier guerra a la ignorancia. Y los ignorantes, desde luego.

Quien arremete a un maestro se suicida ante sí mismo.

Domingo, 24 agosto 2003

miércoles, 17 de marzo de 2010

SOFOCLETO GANO EN 1958 EL PREMIO NACIONAL DE LITERATURA JOSE MEJIA BACA

SOFOCLETO, ¿ESCRIBIO LOS PENDEJOS?

LOS PRIMEROS SINLOGISMOS DE SOFOCLETO

EN SIETE DIAS LUIS FELIPE ANGELL, SOFOCLETO, ESCRIBIO LA TIERRA PROMETIDA

LA TIERRA PROMETIDA, 2da. edición

EL CHINO FLASICO

SAN CAMILO, 2da. edición

¿COMO FUGO SOFOCLETO DE SAN CAMILO?

SAN CAMILO, 1era. edición

SOFOCLETO EN DOS COLUMNAS, 2da. edición

JOSE MARIA ARGUEDAS ARMA POLEMICA POR TIERRA PROMETIDA DE SOFOCLETO

LA TIERRA PROMETIDA, 1era.edición

HACE 6 AÑOS NOS DEJO EL GRAN LUIS FELIPE ANGELL DE LAMA, SOFOCLETO