Publicado en http://mildemonioscultural.wordpress.com/2012/11/09/promotores-de-la-literatura-peruana-de-fantasia-1-sofocleto/
El 7 de noviembre hicieron en la San Marcos un simposio sobre literatura fantástica. Entre otros, José Donayre expuso sobre la figura del vampiro, José Güich sobre la narrativa fantástica peruana en la década de los setentas y David Roas leyó un cuento inédito. Yo participé en la primera mesa, junto a Nehemías Vega Mendieta y Moisés Sánchez Franco. Mi tema: Cómo Luis Felipe Angell (concido también como Sofocleto) había sido también un autor de fantasía.
De hecho,
revisitando a Sofocleto para preparar la exposición he llegado a la conclusión
de que este pata era un genio. Hacía básicamente lo que le daba la
gana. Estamos hablando de un tipo que escribió en El Comercio, en Correo,
en Ojo, en Expreso (en donde comentó que era natural que
escribiera, pues él mismo era un “ex-preso”, dado que había estado en la
cárcel), en La República, en La Mañana e incluso en Selecciones.
Sus dos grandes aportes a la prensa fueron su columna (el célebre Sofocleto
en dos columnas) y sus sinlogismos (especie de frases que eran graciosas
por sí mismas y en cualquier contexto). Sin mencionar el periódico que
eventualmente fundó, Don Sofo.
Pero por
supuesto que si conocemos a Sofocleto hoy en día es por los maravillosos libros
que dejó: San Camilo, Manual del perfecto deportado, Los
cojudos, etc. Este pata escribió más de 120 libros, de los cuales
conocemos unos cuantos, solamente. Y algunos de estos tuvieron un monstruoso
tiraje de 10,000 ejemplares y hasta de 20,000. O sea, era un autor
altamente popular y leído. Cuando falleció estaba en el proceso de
recopilar todo lo que había escrito para publicarlo nuevamente.
El rollo
fantástico con Sofocleto viene por dos lados. Primero, tiene
narraciones que son abiertamente fantásticas, como su historia en El ángulo
agudo, en el que describe un viaje involuntario en microbus y entra a los
detalles del microcosmos que compone, según él, el interior de una de esas
unidades de transporte en el momento en el que escribió el texto. Es una
narración abiertamente fantástica, en la que el tiempo y el espacio de
transgrede completamente. En su libro Mundos imposibles, el
investigador Elton Honores analiza otro cuento de Sofocleto, El gato,
sobre dos felinos tuertos, cada uno de los cuales ilumina con los ojos que les
quedan.
En fin,
Sofocleto es un maestro y merece mayor reconocimiento hoy en día. Algo
deberíamos hacer.